Que la normativa en España está evolucionando en la dirección de facilitar el autoconsumo con iniciativas como la instalación de paneles solares es obvio si observamos las leyes que se han aprobado en los últimos años.
De hecho, el autoconsumo está creciendo gracias a todos los costes y trámites que se han eliminado cuando de producir energía propia se trata. Aún queda camino por recorrer, pero estamos en el comienzo de una nueva era en lo que se refiere a qué tipo de energías consumimos en nuestras casas.
La generación de energía renovable está ahora libre de impuestos.
Uno de los cambios más significativos que ha establecido la ley es para las instalaciones de menos de 10 kW de potencia (llamadas también de conexión abreviada), que son las más habituales en las viviendas y pequeñas industrias, y que, entre otras ventajas, se pueden beneficiar de un procedimiento de conexión abreviado por el que no hay que pagar a la compañía distribuidora que además tiene que dar la autorización de conexión en diez días.
Así que, si eres propietario de una vivienda y quieres aprovechar el sol como fuente de energía por razones económicas, ecológicas o ambas, el tipo de instalación que te interesa es seguramente de menos de 10 kW de potencia. Vamos a contarte por qué y cómo puedes hacerlo ayudándote de una empresa instaladora autorizada.
Qué pasos debes seguir para poner placas solares en tu hogar
Cuando acudas a un instalador de placas solares, los datos que debes tener claros para que puedan proponerte la mejor opción son:
- El número de horas aproximado de sol de los que disfruta de media la vivienda a lo largo del año (no es igual si está localizada en Andalucía o en el País Vasco por ejemplo, por la climatología).
- El uso que se hace de la vivienda (si es la habitual, un negocio o es segunda vivienda…).
- Estimación de cuántas horas y en qué momentos del día usas más la electricidad.
- Dimensión de la vivienda y del tejado. Hacia dónde está orientado este último, cuánta inclinación tiene…
- Datos sobre el consumo eléctrico y la potencia que tienes contratada actualmente y el tipo de calefacción que tienes.
- Con estos y algún otro dato que te pedirá la empresa instaladora te podrán hacer presupuesto orientativo para que puedas hacer un primer acercamiento mental a la inversión que vas a tener que hacer.
Una vez decidas la empresa con la que vas a realizar el proyecto, sus expertos te visitarán para hacer un análisis profesional y ver exactamente qué necesitas y cuáles son las mejores opciones.
Una de las ventajas de ejecutar el proyecto con una empresa instaladora es que, además de contar con la asesoría y las manos de expertos en el ámbito técnico, ellos te podrán ayudar también con los trámites administrativos. Entre ellos están la elaboración del esquema de diseño de la instalación, los permisos y autorizaciones correspondientes, la licencia de obras (en caso de que sea necesario obtenerla en ese municipio), las inspecciones, incluso la tramitación de la petición de subvenciones, en caso de que existan.
Una vez solucionado todo este papeleo, la instalación de las placas y demás elementos es cuestión de unos días.
